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Dans ce blog, il sera question de publier toutes les réflexions, articles, commentaires et opinions à caractère socio-économiques, politiques, culturels et religieux.


Interpretación hermenéutica de la fe apostólica transmitida por la generación venidera de la norma normada no normativa (Jesucristo)

Publié par Gabriel Manzukula Mjrrdcongo sur 29 Juin 2011, 20:27pm

Catégories : #Théologie de la libération

Introducción

 

Si la Teología Fundamental investiga y estudia las bases, los fundamentos de la teología, es decir, los presupuestos y condiciones de posibilidad de una teología en general. En cambio, la Teología Sistemática investiga y estudia las doctrinas cristianas en su relación de unas con las otras en un sistema lógicamente coherente y consistente. Esto es, “la teología sistemática es el intento de formular una filosofía coherente que se aplica a los componentes de una determinada fe del sistema de creencias. Inherentes a un sistema de pensamiento teológico que se desarrolla un método, puede aplicarse tanto en general y en particular. Si bien una teología sistemática debe tener en cuenta los textos sagrados de su fe, sino que también mira a la historia, la filosofía, la ciencia, la ética y plena como producir vistas y versátil un libro de enfoque posible”[1].

 

Así la teología es la reflexión metódica sobre la fe en Dios que se ha revelado en Jesucristo, cuya palabra y obra permanecen vivientes en la tradición apostólica en la Iglesia, afectan a los fundamentos de la teología las cuestiones referentes a la fe y a su correlato la revelación, así como a la mediación y tradición de la fe por la Iglesia. Estos fundamentos no son a su vez una especie de ventaja que se conceda a la fe por representar una forma de conocimiento más débil, sino que son ellos mismos objeto de conocimiento humano y de comprensión racional.

 

De esta perspectiva, intento en la medida de lo posible “identificar los sentidos fundantes de la manifestación del Padre en la persona histórica de Jesús de Nazareth testificado por el texto, de modo que al reconstruir el significado normante de Jesús para el discurso total de la historia, tengamos en él la clave de toda la historia de la revelación y salvación, de la interpretación teológica y de la praxis de seguimiento cristiano”[2]. Después de la lectura analítica-comprensiva de los textos que me he propuestos: primero Textos, pretextos y contextos de Parra Alberto sobre el capitulo que trata del Texto normativo de tradición apostólica. Segundo, A  Jesús el Cristo por los evangelios: historia y hermenéutica de René Latourelle y por fin, La unidad de los dos testamentos en Por detrás de las palabras de Mesters Carlos, he formulado el titulo de la manera siguiente: Interpretación hermenéutica de la fe apostólica transmitida por la generación venidera de la norma normada no normativa (Jesucristo).

 

Entonces, el método asignado a este ensayo es el método hermenéutica del Aberto Parra tal y como se desarrolló en su obra Texto, Contexto y Pretexto.

Comprensión hermenéutica de la norma normada no normativa desde el texto normativo

 

Cuando hablamos del texto normativo de la tradición apostólica hacemos alusión al Nuevo Testamento. Entendido como texto, el NT está abierto “a todo intérprete y a todos los intérpretes, el texto es en cierta medida origen, fundamento y punto de partida para todo aquel y aquella que se dedican por reproducir en sus vidas el horizonte mostrado en la pieza maestra, normante y normativa que ha de ser ejecutada”[3]. De eso se da a partir del texto normativo a comprender el sentido del giro de Jesús histórico a Jesús de la fe y lo que nos hace acercar para entender y para comprender bien lo que nos ha transmitido los Apóstoles es la hermenéutica. Por eso, se resaltan tres factores en esta actividad hermenéutica: el mundo de la Tradición, el mundo del intérprete y el mundo de la práctica. Entonces, se puede combinar estos tres mundos como así: el mundo de la Tradición es en donde nace el texto normativo, el mundo del intérprete leerá este texto con  los herramientas que él tiene del mundo actual para llevarlo en el mundo de la praxis que es el mundo contextual y pretextual.

 

El texto en cierta medida es el origen, el fundamento y  el punto de partida por aquel que quiera producir algo en su vida, él tiene que servirse del texto porque  el texto normativo es la norma, la ley que deba ser interpretada,  entendida y comprendida en la persona del Resucitado. Porque el mismo Resucitado es la norma no normativa por excelencia en la fe para cambiar la vida humana. Para nosotros, el texto de la interpretación es la norma de fe o mejor el texto mismo se volvió la tradición porque se ha transmitido por los apóstoles.

 

En la persona de Jesús que es la norma normada, nos accedemos a este testimonio inspirado de la Sagrada Escritura. En Él vuelve la clave hermenéutica para y/o de la interpretación y de la comprensión de la historia de la salvación. Por ende, Cristo constituye la norma normativa no normada[4], porque el texto de la tradición lo proclama y da testimonio que Él es el culmen como la plenitud, como sentido último y definitivo e irrepetible de la historia de la salvación transmitida por los Apóstoles: él es el centro de la historia. En Él se cumple la plenitud de toda la revelación.

 

La irrepetibilidad, la definitibilidad, la plenitud de la revelación en la persona de Jesucristo no significa que la dicha revelación de Dios ha terminada porque “… lejos de ser apariencia pura, son ser del mundo, realidad pura y hechos ciertos, puesto que Dios ayer, como hoy y como siempre se revela en relación de mundo, en historia real, en hechos ciertos y modo máximo y denso en el ser real y en la historia existencial de Jesús el Señor”[5]. Eso quiere decir que la revelación no ha terminado de manera radical pero sigue siendo vigente en lo cotidiano en la medida en que refiriendo a lo que hemos sostenido anteriormente – texto, tradición y nosotros-, se muestra que la revelación como tal no es estática sino dinámica. Alberto Parra explica claramente la teofanía sigue actuando en la historia en estos términos: “es cierto que Dios obra también en el acontecer post Christum, y así se manifiesta ulteriormente a Sí mismo. Pero ya no se manifiesta de una forma que sea fundamentalmente nueva sino sólo como se ha revelado en el destino de Jesucristo”[6]. Por eso requiere anotar que el papel interpretativo es de importancia colosal para la comprensión del acontecer del Divino en la norma normativa no normada para permitir al mundo del intérprete una praxis razonable fundamentada en la fe en Ella.

 

En Jesús existe un punto de encuentro de la revelación anterior (las promesas del AT) se ve plasmado en la persona del resucitado que es la plenitud de la revelación y de la salvación. Esta plenitud la podemos leer en tiempo histórico (pasado), presente y en el futuro que es escatológico, el Kairos definitivo en los términos de Parra Alberto. Esa revelación que es la economía cristiana nunca se termina y no hay que esperar otra y esa perdura por siempre[7]. Por eso cada creyente o intérprete la leerá en la persona del Resucitado y la leerá no en cualquiera manera sino la leerá en la luz de la tradición recibida y la quedará fiel.

 

La transmisión del texto: clave para comprender el texto y el Jesús

 

Para saber cómo fue la transmisión del texto desde la persona histórica de Jesús no se puede fiarse solamente a los hechos brutos de peligro que tengamos una visión restringida de lo que es Jesús y su misión salvadora en el mundo. La clave para comprender el texto normativo con las ipsissima verba o las ipsissima facta Iesu[8] y con su historia real es difícil, sino “la moderna investigación histórica no puede reducirse a investigación de hechos brutos, si no se funda en parte también en la mediación de la tradición que, por lo que respeta al texto del Nuevo Testamento, es la tradición de las comunidades interpretantes, que se auto comprenden en el comprender para ellas y desde ella el asunto de la casa misma: captación del destino propio en el destino de Jesús de Nazareth”[9]. De lo anterior muestra que las comunidades interpretantes en la investigación de los datos sobre el Jesús histórico buscaban una autocomprensión y autoapropiación del mensaje que ellas captaron del Resucitado. Como dice san Juan: “lo que vimos, lo que oímos, lo que palpamos y lo que vivimos se los transmitimos a ustedes” (1J 1,1-4). Eso es la clave de la comprensión por lo menos de las ipsissima verba o de las ipsissima facta Iesu. La indagación de estas comunidades no se basaba en los datos de la vida de Jesús histórico en general  sino en lo que era útil para la historia de la salvación y mostrar el acontecer Divino en Él, porque “muchas otras cosas hizo Jesús que no están escritas en este libro. Las que están escritas es para que crea que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre” (Jn. 20, 30).  Bernard LONERGAN en su Método en  teología afirma que: “la investigación de los datos, ya sea general o especial, es siempre una tarea concreta, guiada no por las generalidades abstractas, sino por una inteligencia práctica adquirida a lo largo de un proceso autocorrectivo de aprendizaje, gracias al cual se asimila también lo que se llama el sentido común”[10]. Por eso el texto normativo constituye un binomio en el sentido en que una parte es un texto histórico con la interpretación teológica y es texto teológico con ineludible trasfondo histórico.  

 

Basando en los datos de la enseñanza postpascual surge un tipo de prejuicio sobre la historicidad de Iesu. Por eso, cuando se habla del prejuicio de Jesús histórico, es el poco conocimiento de la vida de Jesús histórico que los intérpretes tienen de Él y la explica una actitud enfermera. Por el intérprete, es necesario estudiar el texto municiosamente para poder comprenderlo bien en sus situaciones vitales y en su contexto. Por eso “no cabe duda de que la Biblia es un documento histórico y hemos de interpretarla según los métodos de la investigación, es decir, hemos de estudiar su lenguaje, la situación histórica de sus autores, etc.”[11].

 

En cuanto al prejuicio de la cristología kerigmática se habla de la proclamación de la fe o del anuncio de Jesús de la fe. Eso es lo único que nace de la fe pascual. Es ahí el punto clave que los Apóstoles rescataron en la interpretación. No hay ningún dato concreto de Jesús histórico. El sólo hecho del anuncio de que Jesús ya había resucitado de entre los muertos es que da como substrato o fundamento para interpretar la obra de la salvación. Pero de una manera o otra, la comunidad interpretante no tenía visión de describir una historia acerca de Jesús o de describir un Jesús histórico, es lo que sostiene René Latourelle diciendo: “lo cierto es que en el contacto con los paganos y al ir difundiéndose por todas partes, el evangelio tenía que relacionarse cada vez más necesariamente con la persona de Jesús. Por eso la predicación a los gentiles va eludiendo los argumentos de la Escritura y prefiere insistir en los detalles de carácter cronológico y geográfico que permitan situar a Jesús de Nazareth. Lo esencial sigue siendo la pasión y la resurrección, pero se amplía el marco histórica”[12]. Aqui Bultmann es una figura importante que intenta de refutar que nada puede saber de la biografía, de la historia de Jesús real. Cosas que fueran negadas: no se supo dar una razón concreta sobre los acontecimientos de Jesús histórico. Por ende, él ofrece dos razones: por una parte, es que la fe no es una conclusión demostrable o comprobable a partir de primicias históricas demostrables. Por otra parte, la razón por la cual se habla de Jesús histórico es a través de los Evangelios. Porque estos textos históricos quieren traer a la luz los bruta facta, sino interpretación creyente acerca de Jesús. En la misma perspectiva de dos razones Alberto Parra aliándose a Bultmann expresa la negación sobre la historicidad de Jesús[13]. Por eso, no se puede interpretar a Jesús no a partir de los hechos históricos porque son bruta facta, sino se puede interpretarlo desde la pospascua. Porque entre Jesús antepascua quien es el Jesús real de la historia y Jesús  postpascual quien es el Jesús kerigmático existe un abismo imposible de superarlo.

 

René Latourelle comparte la idea de Bultmann sobre la historicidad de Jesús en el sentido en que no se sabe bien o se sabe poco de la comunidad prepascual: la vida, las curaciones, la predicación, los milagros. Pero esos hechos se entienden en la comunidad postpascual a la luz de la resurrección.

 

El seguimiento de los Apóstoles: comprensión de la fe desde el seguimiento

 

La comprensión de la fe desde el seguimiento y la comprensión de Jesucristo desde el seguimiento de la fe es lo que se entiende como el sentido que tiene Jesús para nosotros. Este sentido está contenido en la mediación salvadora entre Dios y el mundo. Eso lo que significa Jesús para nosotros. Entender la significación de Jesús. Para-si, cómo se entiende, se comprende (¿quién soy yo para la gente?). La respuesta a esta pregunta pone que alguien tome una posición radical del seguimiento.

 

En la fe desde el seguimiento, estamos partiendo del hecho pospascual, hecho que ha sido transmitido. Este hecho pasado se ha vuelto en una catequesis fundamental de la persona histórica de Jesús. Y cuando estamos hablando de la catequesis estamos refiriendo a dos métodos del NT que A. Parra los nombra Descendente y Ascendente. Los dos métodos realizan dos caminos contrarios: “el método descendente toma como punto de partida la fe de pascua para ver a través de ella la persona real de Jesús real y fundamentar en Él la fe pascual. El método ascendente, por su parte, toma como punto de partida al Jesús de la historia real para ver a través de su persona histórica la solidez inconmovible de la fe creída y proclamada”[14]. De lo que precede se entreve que refiriendo al método descendente, se pretende poner de relieve aquello que estaba encerrado en la revelación salvifica de los hechos que ya habían ocurrido: pasión, muerto y resurrección. Estos hechos son los que fundamentan y dan sentidos al acontecer histórico salvífico de la persona real e histórica  de Jesús. Que ahora por la fe creída y confesada como salvador. En cuanto al método ascendente, no es el Jesús muerte y resucitado sino, todo lo que implica su persona como Cristo, ahora entendido como mensaje creído y proclamado.

 

El valor interpretativo del sentido del NT

 

El punto fundamental de la comprensión de este valor interpretativo del sentido del NT se arraiga en la cuestión de la nueva alianza porque hay como discontinuidad. Pero cuando se hace interpretación se muestra que la nueva interpretación presentada en la persona de Jesucristo es aquella que arroga la nueva luz a la Sagrada Escritura. Porque quiere crear un hombre nuevo, una ley nueva, un espíritu nuevo. Un mediador que hace que todo lo viejo pase y hacer las cosas nuevas. De esto, se entreve que Jesús el Cristo es el punto de junción entre la antigua alianza y la nueva alianza.

 

Con el acontecimiento de Jesucristo, la ruptura llega encontrado su sentido en el NT que es su cumplimiento (Por detrás de las palabras de Carlos Mesters). La clave para interpretar en NT está en la norma normativa no normada (Jesucristo) que ahora no solamente nos hace comprender el A y NT. Porque Jesús vino a unir estas dos alianzas y en Él se cumple todas la promesas de los profetas, del AT. En el AT está interpretado por el NT, es una lectura que se hace desde la fe cristiana.

 


Conclusión  

 

Hemos llegado al final de este ensayo sobre la Interpretación hermenéutica de la fe apostólica transmitida por la generación venidera de la norma normada no normativa (Jesucristo) para poner en práctica un de los métodos que hemos venido estudiados durante este seminario de Introducción a las Métodos Sistemáticos. Para el desarrollo de este tema hemos esbozado los temas tales como el texto normativo de la tradición apostólica, la fe apostólica, Jesús, el seguimiento, etc. Esto es para materializar nuestro método hermenéutico como lo desarrolla Alberto PARRA en su obra: Texto, Contexto y Pretexto.

 

Hemos intentado definir el concepto de la teología sistemática para que tuviéramos una conocimiento de nuestro estudio. Esto nos llevó a analizar la comprensión hermenéutica de la norma normada no normativa desde el texto normativo. Esto nos permitió esbozar la transmisión del texto como clave para la comprensión del mismo texto y del evento Jesús. Desde ahí constatamos que la fe en Jesús de los apóstoles produce un seguimiento desde la misma fe de Jesús.

 

De lo anterior, diríamos que no se puede separar la fe de Jesús, de la sagrada escritura y de los apóstoles porque ellos constituyen paradigmas para la fe de la Iglesia y de todos los creyentes.

 


Bibliófilas    

 

Obtenido de http://es.wikipedia.org/wiki/Teolog%C3%ADa_sistem%C3%A1tica

 

PARRA, Alberto. Texto, Contexto y Pretexto. Teología fundamental, PUJ, Santafé de Bogotá, 2003.

 

DÍAZ, Juan Mario. Programa del curso de Teología Fundamental 2006/II, Bogotá, PUJ, 2006.

 

VATICANO SEGUNDO. Constitución Dei Verbum, 4

 

LONERGAN, Bernard. Método en Teología,  P145.

 

BULTMANN, Rudolf. Jesucristo y mitología, Editorial Herder, Barcelona, 1970,

 

LATOURELLE, René. A Jesús el Cristo por los Evangelios,

 



[2] Díaz Juan Mario, Programa del curso de Teología Fundamental 2006/II, Bogotá, PUJ, 2006, p 4.

[3] Parra, p 161.

[4] Parra, p. 166.

[5] Parra, p. 164

[6] Parra, p. 168.

[7] Vaticano segundo, Constitución Dei Verbum, 4

[8] Parra, p 170

[9] Parra, p. 171

[10] Bernard LONERGAN, Método en Teología,  P145.

[11] Bultmann, Rudolf, Jesucristo y mitología, Editorial Herder, Barcelona, 1970, p.69.

[12] René LATOURELLE, A Jesús el Cristo por los Evangelios, p. 107.

[13] Parra, p 175

[14] Parra p181

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