III Domingo de Cueresma: Creer en Jesus y hacer realidad su proyecto es adorar Dios en Espiritu y verdad

Saludo fraterno y solidario para todas y todos, saludo en sus comunidades y en el caminar discipular en el seguimiento de Jesús… y para el evangelio de este domingo, estas palabras sí que son ciertas.

Saludo fraterno en tiempo de memoria de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, mártir, pues ya son treinta y un años de su asesinato (otro crimen en la impunidad), y también, una vida llena de señales de vida, de búsquedas, de conversión… una actualización del camino discipular de Jesús.

El Evangelio de este domingo (Jn. 4, 5 – 42) tiene tres relatos en uno solo, y los tres relatos apuntan a un mismo y común mensaje central, mensaje que tiene dos aspectos claves que son complementarios entre sí. Acerquémonos a mirar los distintos componentes de los relatos y la conclusión del mensaje central en el que el evangelista invita a reflexionar y asumir en las prácticas de la vida diaria… es de Perogrullo decir que hay una gran cantidad de imágenes y claves contextuales de orden socio – histórico, como cultural-simbólico, pero aquí sí que hay que tenerlo en cuenta pues, se puede abordar la comprensión del texto por cualquiera de los relatos y los contenidos presentes… Lo esencial es no perder de vista el mensaje central que los tres relatos encierran.

1. Acercamiento Literario – Contextual

– El primer relato es entorno de la mujer samaritana, ella representa la condición de exclusión y desprecio por parte de quienes tienen el poder en esa época, el poder político, el poder económico, el poder social y el poder religioso. Este relato se descubre como una unidad literaria original al ver este orden de versículos: 5 – 15; 27 – 30; 38 – 42 (si ustedes leen el texto en este orden descubren que hay unidad). Parece que el redactor final acogió este texto como la columna vertebral sobre la cual hizo dos interpolaciones que son los relatos que aparecen en el medio de esta división analítico-textual… La figura de exclusión y desprecio está representada en que es mujer, es samaritana y los samaritanos son considerados herejes y de menor valor que los judíos de la época. Además, según las tradiciones culturales de la época, ellas no deben de conversar con judíos, ninguna mujer podía hablar con un varón distinto a su esposo estando en público… todos estos elementos ya contienen un mensaje en sí mismos.

La samaritana, que representa a empobrecidos/as de su época, es a quien Jesús se dirige, la acoge y la acompaña para la conversión hasta que llega a reconocerlo (creer en él) como Mesías. Es más, ella misma se convierte en testimonio y misionera. Ella abandona las tradiciones de sus antepasados simbolizado en el cántaro para seguir al Mesías, el proyecto de Dios que hace que ya no sean despreciados, ni excluidos; y junto a ella, el pueblo cree en Jesús. Así aparece una primera clave del mensaje central: Jesús es el Mesías, en él hay que reconocer al Cristo de Dios… Creer en Él.

Creer es la tarea central de los y las creyentes según el evangelista Juan. Pero el creer, para Juan, es mucho más que la expresión tradicionalista del tener fe como veremos más adelante.

– El segundo relato está centrado en la mujer de los cinco maridos, no se dice quién es, ni de dónde es. Generalmente se le confunde con la misma mujer samaritana, pero realmente no es así. Al leer este relato (vv. 16 – 26) se verá que no dice que sea samaritana; no aparece el nombre del monte al que se refieren los vv. 20 y 21 (aunque muchos comentaristas dicen que es Garizim, pero esto es para relacionarlo con la afirmación que la mujer es la Samaritana, pero no porque así lo afirme el texto); todo esto nos muestra que este relato corresponde a una tradición oral y literaria diferente que el evangelista une para reforzar el mensaje que quiere manifestar a la comunidad del Discípulo Amado…

En este relato hay una actitud de búsqueda y búsqueda del verdadero Dios. Los cinco maridos, el monte y el adorar a Dios son claves para la comprensión de esta afirmación como mensaje del texto. Los contrastes en el relato ayudan a llevar a la conclusión y enseñanza: la mujer dice no tener marido, pero sí vive con uno; adorar a Dios “en este monte” y “llega la hora que ni en este monte ni en Jerusalén”; hasta llegar a la afirmación: “adorar a Dios en espíritu y en verdad”. Así la conclusión final de este segundo relato es una revelación, según el evangelista, ante la certeza de la mujer que cuando venga el Cristo aclarará todas las cosas, Jesús le dice: “Yo soy, el que habla contigo” (respuesta a la búsqueda), y de ahí, adorarlo en espíritu y en verdad.

Seguramente la tradición oral original tendría alguna continuidad que el evangelista no incluyó y que nosotros no conocemos… sin embargo, aunque el texto no lo dice, por el contexto que rodea la narración que hoy leemos, es posible afirmar que la intensión del redactor del evangelio es invitar a cambiar de mentalidad, de forma de ver la vida y a Dios entre quienes no conocen al Dios verdadero y, por tanto, una invitación a cambiar de manera de vivir y de practicar lo que se cree.

Es la actitud de búsqueda que implica apertura, disponibilidad para el cambio y adaptarse a la voluntad de Dios la que se valora en este relato… pues de la práctica tradicional de adorar a Dios en un lugar, lo que se descubre es que hay que adorar a Dios en Jesús y en su proyecto de vida que se centra en hacer el bien, hacer el bien a toda persona sin excepción y sin exclusiones, así como hacer el bien en la naturaleza, a toda la obra creada por Dios… eso es adorar a Dios en espíritu y en verdad. Así entonces, lo importante o el mensaje y enseñanza es Creer en la persona de Jesús y hacer su proyecto de vida (señal de discipulado) y no es importante el lugar donde se vaya supuestamente a encontrar con Dios o el realizar prácticas religiosas que no terminen haciendo el bien a otros.

Llama la atención que es a ella, a la mujer que representa a los pueblos que no conocieron a Yahveh de Israel y que por tanto para los judíos han de considerarla como excluida por “pecadora” (y por ser mujer), a ella es a quien Jesús se le revela como Mesías “Yo soy, el que habla contigo”; es la única vez en todo el evangelio que se pone en boca de Jesús esta afirmación que en la tradición bíblica representa a Dios mismo, es decir, Jesús es Dios mismo. Esta teología se desarrolla en otros relatos del evangelio pero es la única vez que aparece en boca de Jesús.

– Y el tercer relato (vv. 31 – 37) es la reflexión que une a los dos anteriores: La palabra y la acción. Los dos son uno solo. Así el que siembra y el que cosecha son uno solo para Dios pues son parte de la misma obra, por eso los dos reciben el mismo reconocimiento por cumplir con la tarea encomendada, es decir, alcanzan la vida eterna. Lo importante del que siembra y del que cosecha es que los dos hagan como Jesús, según dice el evangelio: “mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envío a realizar su tarea”.

“Hacer la voluntad del que me envío a realizar su tarea”, esa es la segunda clave para comprender el mensaje central de este relato del evangelio de hoy. Ahí se realiza plenamente el Creer en Jesús como la enseñanza central del evangelio…

Mirando la unidad total del relato tal y como lo vemos hoy, es posible comprender que en conclusión el mensaje se centra en: Creer en Jesús como el Mesías, y en Él, hacer la voluntad de Dios, es decir discipulado. Una sola enseñanza en dos caminos como se dijo al principio. Sin embargo, es fundamental no reducir este mensaje de manera simplista, sino que hay que tener en cuenta todos aquellos elementos que lo constituyen para enriquecer su comprensión, que, dada la cantidad de simbologías presentes expresan muchas guías para llegar al corazón de la narración.

2. Acercamiento Teológico – Pastoral

Hagamos una conclusión de las distintas enseñanzas de los tres relatos que terminan por llevarnos a un mensaje central… Creer en Jesús, que se expresa en concreto en hacer la voluntad de Dios, realizar el proyecto de Jesús (adorarlo en espíritu y en verdad).

– Creer para el evangelista significa cuatro cosas: 1) conocer plenamente el proyecto del Padre (y el verbo conocer en la Biblia significa intimidad, es decir conocerlo por vivirlo desde las entrañas, de corazón); 2) decidir amar ese proyecto, es decir, se trata de hacer lo que Dios quiere, no lo que le parece bien a cada uno, según sus criterios o sus deseos; 3) entregar la vida para realizar ese proyecto, eso significa que el proyecto del Padre es la causa por la cual se lucha y se vive, y 4) Entregarse a ese proyecto hasta dar la vida a la muerte por realizar el proyecto del Padre.

Así entonces la experiencia de creer en Dios, nos invita el evangelista, a revisarla para renovarla. Dado que estamos en tiempo de cuaresma, vale la pena insistir en una parte del comentario que hice para la semana pasada: “… Para muchas personas la fe se queda en expresiones religiosas que no tiene relación con la vida cotidiana, con la vida social, con la vida política, con la vida económica… hablamos, creemos y adoramos a un Jesús en la oración y en los sacramentos, pero no el del proyecto de Dios que se concreta en las transformaciones que empiezan por el cambio de mentalidad, el cambio de actitudes, el cambio de las prácticas tradicionalistas, dejar la convicción de la práctica individual de la fe para ser parte de comunidades de discípulos/as, el de compartir esas experiencias de comunidad y entre juntos/as incidir en la transformación de la realidad… Esto es salir de sí para hacer el bien…” Esto es Creer en la práctica según el evangelio de Juan…

Esto fue lo que unió a grupos de personas distintas, con mentalidades distintas, con culturas distintas, con experiencias religiosas distintas, pero que en su búsqueda encontraron a Jesús y, al vivir su proyecto se hicieron la Comunidad del Discípulo Amado que es lo que nos cuenta entonces el evangelio de hoy.

Estamos invitados e invitadas a hacer lo mismo.

– Pensemos en las personas y grupos o sectores de la población que hoy son excluidas y despreciadas, ¿cómo las representaríamos?, ¿cómo se presenta y realiza este evangelio en medio de ellas?, ¿cómo sensibilizar y mover a compasión a quienes son generadores/as de exclusiones y de desprecio sobre otras?

Salir de sí para hacer el bien, esa es la tarea del/a cristiano/a, no es simplemente “ser bueno”… hacer el bien según el espíritu y la verdad, es decir según el plan de Dios revelado en Jesús; hacer el bien constituyéndonos en justicia con nosotros mismos/as, con los/as otros/as, con la creación toda… … …

– Encontré este texto que aquí trascribo sin más explicación:

Un autor como Thomas Sheehan (The First Coming: How the Kingdom of God Became Christianity, Random House 1986), sostiene que la novedad de Jesús consiste en la abolición de todas las religiones, de forma que podamos redescubrir nuestra relación con Dios (religación) en el mismo proceso de la creación y de la vida, en la historia. Puede asustar semejante afirmación, pero sólo de entrada. Recordando bien, sabemos que Jesús no «fundó» la Iglesia (es ésta la que se fundó después, y se fundó en Jesús). Jesús siempre se mantuvo judío, y nunca pensó en fundar otra religión, sino en todo caso en superarla. ¿Habrá sido el cristianismo una dimidiada inteligencia de lo que Jesús quería, aquello que luego cristalizó se en el siglo IV en medio de los enormes condicionamientos históricos de aquella época marcada por un imperio en decadencia? ¿Será que hoy, en medio de una grave crisis de las religiones y particularmente de las instituciones religiosas, se nos presenta una nueva y mejor oportunidad de entender y poner en práctica el mensaje de Jesús? No sabemos, pero la vuelta a Jesús nos invita a reflexionar y discernir con humildad, y a buscar con paciencia.

Que tengan una feliz semana

Mi abrazo solidario.

Dios les guarde.

Fraternalmente en Jesús, señor de la Vida.

César

Esto fue lo que unió a grupos de personas distintas, con mentalidades distintas, con culturas distintas, con experiencias religiosas distintas, pero que en su búsqueda encontraron a Jesús y, al vivir su proyecto se hicieron la Comunidad del Discípulo Amado que es lo que nos cuenta entonces el evangelio de hoy.

Notas Humanas y Divinas. Dirige Leiner Castaño García cssr, todos los domingos a partir de las 6:00 a.m. en RCN radio 93.9 F.M. o por internet en www.rcnradio.com (http://www.rcnradio.com/programa/notas-humanas-y-divinas/notas-humanas-y-divinas).

Cesar Augusto Baratto